La Dirección Meteorológica de Chile pareciese no darnos tregua, a través de reportes que minuto a minuto dan cuenta de algo que pareciese ser un secreto a voces: el clima que tenemos de norte a sur se asemeja mucho más al del invierno, que al que debiésemos tener durante la primera semana de mayo.
Chile enfrenta una serie de fenómenos climáticos extremos que se extienden desde el extremo norte hasta la zona austral, marcando un año de desafíos significativos para la agricultura y la infraestructura del país. Este jueves se ha registrado el día más frío del año en Santiago, y las condiciones no muestran signos de mejora inmediata. La DMC ha reportado una serie de eventos que ponen en riesgo a los cultivos clave como uvas de mesa, olivos, paltos y cítricos.
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Fenómenos climáticos actuales
La DMC ha identificado tres fenómenos principales que afectan diversas regiones del país: bajas presiones en el norte, un régimen anticiclónico frío en la zona central, y una banda frontal en el sur. En el norte, la región de Arica y Parinacota experimenta cielos ocasionalmente despejados, mientras que en Tarapacá y Antofagasta, los vientos fuertes y la posibilidad de tormentas eléctricas en la cordillera amenazan con complicar aún más la situación.
Mientras tanto, en la zona central, la situación es crítica con heladas que se presentan en las regiones desde Coquimbo hasta el Biobío, llevando las temperaturas a mínimos sorprendentes para la época, afectando directamente la agricultura. En Santiago, la temperatura ha bajado a 2°C, la más baja en todo el 2024, evidenciando un adelanto del invierno meteorológico que podría tener serias repercusiones para la producción agrícola.
En el sur y la zona austral, la situación no es menos preocupante. La banda frontal entre las regiones de La Araucanía y Los Ríos trae consigo nieblas y precipitaciones que podrían ser beneficiosas para algunos cultivos, pero también representan un riesgo de inundaciones. Más al sur, en Magallanes, los vientos fuertes continúan desafiando la vida diaria y las operaciones agrícolas.
La perspectiva de La Niña
La situación se complica con la anticipada llegada de La Niña en la segunda mitad del año, lo que podría exacerbar la escasez de precipitaciones en la zona central. La Niña, conocida por enfriar las temperaturas del Pacífico y afectar los patrones globales de precipitación, podría disminuir las ya críticas reservas de agua, poniendo en peligro la viabilidad de numerosas explotaciones agrícolas que dependen de la irrigación regular.
Ante estos desafíos, es esencial que los productores chilenos y las autoridades estén preparados para adaptar sus estrategias y operaciones. La innovación en sistemas de riego y el control de heladas, como los que ofrece Tierraverde, son más críticos que nunca. Estas tecnologías no solo ayudan a mitigar el impacto de las heladas y optimizar el uso del agua, sino que también aseguran la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura en regiones afectadas por cambios climáticos extremos. La adaptación y la resiliencia serán clave para navegar en este clima incierto y asegurar que el sector agrícola pueda enfrentar y superar estos retos.
Via: Dirección Meteorológica de Chile / La Tercera / Climate Reanalyzer