Durante el mes de noviembre, y como parte de AgroTech Chile, Tierraverde estará presente en EtMday 2024, el evento de innovación más importante de Latinoamérica, que llega en un momento crucial para la agricultura chilena. Con más de 20.000 emprendedores y cientos de organizaciones reunidas, el evento pondrá en evidencia cómo la tecnología está transformando el sector agrícola nacional. En el área AgroTech, 50 stands mostrarán los últimos avances en tecnologías de control climático, seguridad alimentaria y tecnologías aplicadas al cultivo, desde sistemas de control de heladas y enfriamiento hasta el uso de inteligencia artificial.
A partir de esto, nos gustaría compartir con ustedes una mirada distinta de la agricultura chilena, misma que tuvo fama de ser muy tradicional y estática, pero que hoy en día se ha vuelto extraordinariamente dinámica, y por sobre todo, con una capacidad increíble de innovar.
Con exportaciones que se proyectan de 200.000 toneladas para la próxima temporada, con un aumento del 33% respsecto de la temporada anterior, la palta Hass chilena se convierte en una historia fascinante, ya que la historia de su evolución, desde sus inicios en 1949 hasta la actualidad, reflejan la capacidad de la agricultura chilena para reinventarse a través de la tecnología.
Por qué el mundo anhela la palta chilena
La reputación internacional de la palta chilena no es casualidad. Como un fino vino, debe sus características excepcionales al terroir único donde se cultiva. Los suelos fértiles de la precordillera andina, combinados con un clima mediterráneo privilegiado, crean condiciones perfectas para producir frutos de sabor intenso y textura cremosa que cautivan paladares globales.
Esta ventaja natural se potencia con prácticas agrícolas de vanguardia. Un reciente estudio sobre el impacto ambiental del sector reveló algo notable: la industria chilena de la palta ha logrado optimizar su uso de agua de manera significativa, desmintiendo críticas previas sobre su sostenibilidad. Esta eficiencia no solo responde a preocupaciones ambientales sino que se ha convertido en una pre condición de ingreso crítico en mercados internacionales cada vez más conscientes.
La temporalidad juega también a favor de Chile. Su ubicación en el hemisferio sur permite abastecer los mercados del norte durante sus meses de invierno, cuando la producción local se detiene. Esta sincronización natural ha convertido a la palta chilena en un producto indispensable para mantener el suministro global durante todo el año.
La revolución del riego tecnificado
El agua, como elemento vital y cada vez más escaso, encontró en los campos chilenos un uso ejemplar. La industria del palto desarrolló tres sistemas principales de riego, cada uno adaptado a necesidades específicas del cultivo:
El riego por goteo, preferido en plantaciones nuevas, distribuye el agua con precisión quirúrgica mediante dos goteros por árbol. Los microaspersores, ideales para huertos establecidos, crean un microclima favorable al distribuir el agua en forma de fina lluvia. Los microjets complementan la oferta con un patrón de riego localizado, perfectos para árboles jóvenes y zonas ventosas.
Esta tecnificación no se limita al riego básico. Sensores de humedad del suelo, sistemas de fertirriego y monitoreo constante del estado hídrico mediante medición del potencial xilemático conforman una orquesta tecnológica que optimiza cada gota de agua.
El arcoíris de la palta chilena
Aunque la Hass reina en el mercado internacional con más del 99% de las exportaciones, el panorama varietal chileno es sorprendentemente diverso. La Fuerte, con su característica piel verde y forma de pera, destaca por su adaptabilidad a climas fríos. La Negra de La Cruz, variedad nativa chilena, demuestra una notable resistencia a las bajas temperaturas.
La paleta se completa con la Bacon, que marca el inicio de la temporada; la Edranol, que cautiva con su excelente sabor; la Zutano, vital en la polinización; la Pinkerton, con su distintivo cuello; y la Gwen, que hereda las mejores características de la Hass en un árbol más compacto.
Esta diversidad genética, distribuida en 36.205 hectáreas entre la V y la X Región, representa más que una colección botánica: es un seguro biológico frente a los desafíos del cambio climático.
Danzando con el clima cambiante
El cambio climático ha transformado el mapa productivo del palto en Chile. La sequía prolongada y el aumento de temperaturas han provocado un éxodo productivo hacia el sur del país, donde el agua es más abundante pero el riesgo de exponerse a episodios de heladas que afecten la cosecha del año es mucho mayor.
Los números cuentan una historia de adaptación: Petorca, otrora epicentro productivo, vio reducir sus plantaciones de 14.000 a 4.000 hectáreas en 2020. Sin embargo, esta crisis catalizó innovaciones cruciales. El consumo de agua se optimizó hasta alcanzar un promedio de 8.900 m³/ha/año, una cifra que destaca en comparación internacional.
La industria respondió con una estrategia multifacética: investigación en variedades resistentes, cultivo en laderas (que ya representa el 70% de la producción), exploración de nuevas zonas productivas y proyectos piloto de reutilización de aguas salinas mediante energía fotovoltaica.
Los arquitectos del oro verde
La sofisticación del cultivo de paltos ha creado una nueva generación de profesionales especializados. Ingenieros agrónomos expertos en fruticultura diseñan estrategias de producción, mientras técnicos agrícolas ejecutan las prácticas en campo. Especialistas en riego optimizan cada gota de agua, e investigadores desarrollan variedades más resistentes. EL Comité de Palta Hass de Chile ha sido un actor fundamental en esta evolución y sofisticación de la industria. Su presidenta, Carmen Gloria Luttges, enfatiza el sello en sustentabilidad que debe cruzar toda la cadena de producción de este preciada fruta.
La cadena de valor se completa con expertos en postcosecha que garantizan la calidad hasta el consumidor final, gestores de calidad que mantienen los estándares internacionales, y especialistas en comercio internacional que navegan los complejos mercados globales.
La transformación digital suma nuevos perfiles: analistas de datos y expertos en agricultura de precisión que convierten información satelital en decisiones agronómicas. Esta diversidad profesional no solo fortalece la industria sino que crea oportunidades de desarrollo en comunidades rurales. El diseño e instalación de tecnologías para protegerse de episodios de heladas o de olas de calor, también son clave en el éxito de huertos sustentables.
El sector ofrece un terreno fértil para el desarrollo profesional, donde la tecnología de punta se encuentra con desafíos ambientales y proyección internacional. Es un ecosistema dinámico que demanda actualización constante y premia la innovación.
La historia de la palta chilena es más que un relato de éxito agrícola: es un testimonio de cómo la innovación, la sostenibilidad y el talento humano pueden transformar un cultivo tradicional en un referente global de excelencia agrícola.
Todos estos factores han resultado en que consumidores de todo el mundo, por no decir los propios consumidores chilenos, se inclinen en incorporar a la palta en sus hogares durante todo el año.