¿Cómo planificar correctamente un sistema de Control de Heladas?

Marzo marca el inicio de la cuenta regresiva. Entre evaluar opciones, conseguir financiamiento, coordinar instalaciones y realizar pruebas, un proyecto de control de heladas puede tomar hasta 90 días. Los productores que esperan hasta mayo suelen descubrir, con frustración, que ya es demasiado tarde. Esta guía detalla cada etapa del proceso, desde la evaluación inicial hasta la puesta en marcha, revelando por qué la anticipación marca la diferencia entre salvar o perder una cosecha completa cuando llegan las primeras heladas.

Publicado: 1 de junio de 2025

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Instalación técnica + visión de largo plazo

Un sistema de control hoy en día requiere diagnóstico, ingeniería y acompañamiento técnico desde el inicio. Por eso, antes de instalar cualquier equipo, guiamos a nuestros clientes por un proceso riguroso que asegura que cada componente cumpla su función en el momento más crítico: cuando baja la temperatura.

Todo comienza con el diagnóstico de exposición a heladas. Es fundamental analizar las condiciones históricas y actuales de la zona donde se ubica el predio: frecuencia e intensidad de heladas, duración de los eventos y fechas en que suelen ocurrir. También se considera en qué etapas fenológicas coinciden esos eventos, ya que la sensibilidad del cultivo varía drásticamente entre brotación, floración y cuaja. Sin esa información, no se puede determinar ni el tipo de protección necesaria ni el momento de activación del sistema.

Luego viene uno de los puntos más importantes: la disponibilidad de agua. Dado que los sistemas que implementamos operan mediante emisión por pulsación controlada —como el Pulsador 205—, se requiere contar con una fuente de agua confiable durante la temporada de riesgo de helada. A diferencia de los sistemas de microaspersión continua, esta tecnología permite trabajar con volúmenes mucho menores, haciendo viable su implementación incluso en condiciones de oferta hídrica limitada. Se evalúa la fuente (tranque, pozo, canal), el volumen útil disponible en invierno y la calidad del agua.

Con esa base, se realiza una caracterización del cultivo y del predio. No es lo mismo proteger un huerto de cerezos que una plantación de cítricos, paltos o kiwis. Cada especie tiene un nivel distinto de sensibilidad al frío y se maneja con diferentes marcos de plantación, lo que condiciona la densidad y disposición del sistema, y su inversión asociada. Este análisis permite definir la estrategia de cobertura según el tipo de tejido a proteger, su fenología y la exposición dentro del predio.

En la fase de diseño técnico, se evalúa detalladamente el marco de plantación y, en función de los caudales disponibles, se diseña un marco de instalación específico. En Tierraverde trabajamos con un enfoque de baja precipitación y cobertura total, mediante pulsación, con caudales del orden de 1 mm/h, es decir, tres veces menores que los sistemas tradicionales de cobertura focalizada (3 mm/h). Esto permite una inversión abordable, una operación eficiente, una protección efectiva y un uso hídrico adaptado a las restricciones reales del campo.

Se definen los sectores hidráulicos, las capacidades de las bombas, se seleccionan emisores como el PulseMax 360°, se trazan las submatrices, líneas de distribución, fittings y válvulas, se distribuyen tutores y se ajustan presiones por tramo, todo para asegurar una cobertura uniforme y una respuesta inmediata al inicio del evento.

La instalación debe estar asesorada por técnicos capacitados. Y más allá de eso, es imprescindible realizar una puesta en marcha previa a la temporada, que incluya pruebas en frío, verificación de presión por sector, medición de caudal efectivo y simulación operativa. Esto permite detectar posibles ajustes antes de que ocurra la primera helada, cuando ya no hay margen de error.

Además, antes de cada temporada, es indispensable realizar un mantenimiento preventivo completo. Se deben limpiar las líneas, revisar la integridad de los emisores, detectar posibles obstrucciones y reemplazar piezas desgastadas. Esto garantiza que el sistema conserve su eficiencia operativa a lo largo de los años.

En Tierraverde, no entregamos soluciones estándar. Cada diseño de ingeniería hidráulica es único y dedicado, porque cada huerto lo es. Aplicamos ingeniería, conocimiento agronómico y acompañamiento técnico para que tu inversión no solo funcione, sino que proteja lo más valioso: la calidad y producción de tu cosecha.

📩 ¿Estás evaluando proteger tu campo este próximo invierno y primavera? Escríbenos. Podemos ayudarte desde el diagnóstico hasta la operación.

Instalación técnica + visión de largo plazo

Un sistema de control hoy en día requiere diagnóstico, ingeniería y acompañamiento técnico desde el inicio. Por eso, antes de instalar cualquier equipo, guiamos a nuestros clientes por un proceso riguroso que asegura que cada componente cumpla su función en el momento más crítico: cuando baja la temperatura.

Todo comienza con el diagnóstico de exposición a heladas. Es fundamental analizar las condiciones históricas y actuales de la zona donde se ubica el predio: frecuencia e intensidad de heladas, duración de los eventos y fechas en que suelen ocurrir. También se considera en qué etapas fenológicas coinciden esos eventos, ya que la sensibilidad del cultivo varía drásticamente entre brotación, floración y cuaja. Sin esa información, no se puede determinar ni el tipo de protección necesaria ni el momento de activación del sistema.

Luego viene uno de los puntos más importantes: la disponibilidad de agua. Dado que los sistemas que implementamos operan mediante emisión por pulsación controlada —como el Pulsador 205—, se requiere contar con una fuente de agua confiable durante la temporada de riesgo de helada. A diferencia de los sistemas de microaspersión continua, esta tecnología permite trabajar con volúmenes mucho menores, haciendo viable su implementación incluso en condiciones de oferta hídrica limitada. Se evalúa la fuente (tranque, pozo, canal), el volumen útil disponible en invierno y la calidad del agua.

Con esa base, se realiza una caracterización del cultivo y del predio. No es lo mismo proteger un huerto de cerezos que una plantación de cítricos, paltos o kiwis. Cada especie tiene un nivel distinto de sensibilidad al frío y se maneja con diferentes marcos de plantación, lo que condiciona la densidad y disposición del sistema, y su inversión asociada. Este análisis permite definir la estrategia de cobertura según el tipo de tejido a proteger, su fenología y la exposición dentro del predio.

En la fase de diseño técnico, se evalúa detalladamente el marco de plantación y, en función de los caudales disponibles, se diseña un marco de instalación específico. En Tierraverde trabajamos con un enfoque de baja precipitación y cobertura total, mediante pulsación, con caudales del orden de 1 mm/h, es decir, tres veces menores que los sistemas tradicionales de cobertura focalizada (3 mm/h). Esto permite una inversión abordable, una operación eficiente, una protección efectiva y un uso hídrico adaptado a las restricciones reales del campo.

Se definen los sectores hidráulicos, las capacidades de las bombas, se seleccionan emisores como el PulseMax 360°, se trazan las submatrices, líneas de distribución, fittings y válvulas, se distribuyen tutores y se ajustan presiones por tramo, todo para asegurar una cobertura uniforme y una respuesta inmediata al inicio del evento.

La instalación debe estar asesorada por técnicos capacitados. Y más allá de eso, es imprescindible realizar una puesta en marcha previa a la temporada, que incluya pruebas en frío, verificación de presión por sector, medición de caudal efectivo y simulación operativa. Esto permite detectar posibles ajustes antes de que ocurra la primera helada, cuando ya no hay margen de error.

Además, antes de cada temporada, es indispensable realizar un mantenimiento preventivo completo. Se deben limpiar las líneas, revisar la integridad de los emisores, detectar posibles obstrucciones y reemplazar piezas desgastadas. Esto garantiza que el sistema conserve su eficiencia operativa a lo largo de los años.

En Tierraverde, no entregamos soluciones estándar. Cada diseño de ingeniería hidráulica es único y dedicado, porque cada huerto lo es. Aplicamos ingeniería, conocimiento agronómico y acompañamiento técnico para que tu inversión no solo funcione, sino que proteja lo más valioso: la calidad y producción de tu cosecha.

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Instalación técnica + visión de largo plazo

Un sistema de control hoy en día requiere diagnóstico, ingeniería y acompañamiento técnico desde el inicio. Por eso, antes de instalar cualquier equipo, guiamos a nuestros clientes por un proceso riguroso que asegura que cada componente cumpla su función en el momento más crítico: cuando baja la temperatura.

Todo comienza con el diagnóstico de exposición a heladas. Es fundamental analizar las condiciones históricas y actuales de la zona donde se ubica el predio: frecuencia e intensidad de heladas, duración de los eventos y fechas en que suelen ocurrir. También se considera en qué etapas fenológicas coinciden esos eventos, ya que la sensibilidad del cultivo varía drásticamente entre brotación, floración y cuaja. Sin esa información, no se puede determinar ni el tipo de protección necesaria ni el momento de activación del sistema.

Luego viene uno de los puntos más importantes: la disponibilidad de agua. Dado que los sistemas que implementamos operan mediante emisión por pulsación controlada —como el Pulsador 205—, se requiere contar con una fuente de agua confiable durante la temporada de riesgo de helada. A diferencia de los sistemas de microaspersión continua, esta tecnología permite trabajar con volúmenes mucho menores, haciendo viable su implementación incluso en condiciones de oferta hídrica limitada. Se evalúa la fuente (tranque, pozo, canal), el volumen útil disponible en invierno y la calidad del agua.

Con esa base, se realiza una caracterización del cultivo y del predio. No es lo mismo proteger un huerto de cerezos que una plantación de cítricos, paltos o kiwis. Cada especie tiene un nivel distinto de sensibilidad al frío y se maneja con diferentes marcos de plantación, lo que condiciona la densidad y disposición del sistema, y su inversión asociada. Este análisis permite definir la estrategia de cobertura según el tipo de tejido a proteger, su fenología y la exposición dentro del predio.

En la fase de diseño técnico, se evalúa detalladamente el marco de plantación y, en función de los caudales disponibles, se diseña un marco de instalación específico. En Tierraverde trabajamos con un enfoque de baja precipitación y cobertura total, mediante pulsación, con caudales del orden de 1 mm/h, es decir, tres veces menores que los sistemas tradicionales de cobertura focalizada (3 mm/h). Esto permite una inversión abordable, una operación eficiente, una protección efectiva y un uso hídrico adaptado a las restricciones reales del campo.

Se definen los sectores hidráulicos, las capacidades de las bombas, se seleccionan emisores como el PulseMax 360°, se trazan las submatrices, líneas de distribución, fittings y válvulas, se distribuyen tutores y se ajustan presiones por tramo, todo para asegurar una cobertura uniforme y una respuesta inmediata al inicio del evento.

La instalación debe estar asesorada por técnicos capacitados. Y más allá de eso, es imprescindible realizar una puesta en marcha previa a la temporada, que incluya pruebas en frío, verificación de presión por sector, medición de caudal efectivo y simulación operativa. Esto permite detectar posibles ajustes antes de que ocurra la primera helada, cuando ya no hay margen de error.

Además, antes de cada temporada, es indispensable realizar un mantenimiento preventivo completo. Se deben limpiar las líneas, revisar la integridad de los emisores, detectar posibles obstrucciones y reemplazar piezas desgastadas. Esto garantiza que el sistema conserve su eficiencia operativa a lo largo de los años.

En Tierraverde, no entregamos soluciones estándar. Cada diseño de ingeniería hidráulica es único y dedicado, porque cada huerto lo es. Aplicamos ingeniería, conocimiento agronómico y acompañamiento técnico para que tu inversión no solo funcione, sino que proteja lo más valioso: la calidad y producción de tu cosecha.

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Preguntas frecuentes sobre Pulsator 205™ & Pulsemax 360º

¿Por qué usar menos agua (1 mm/h) protege igual mi cultivo?

¿Se necesitan realmente 3 mm/h para controlar heladas?

¿Qué diferencia hay entre cobertura total y aspersión focalizada?

¿Funciona para todo tipo de heladas? ¿Radiativas y polares?

¿Hasta qué temperatura protege el sistema?

¿Se necesita más agua cuando hace más frío?

¿El sistema arranca solo o necesita activación manual?

¿Cuándo debo activar el sistema?

¿Cuándo debo apagar el sistema?

¿Cómo se instala el sistema?

¿Tienen equipo técnico propio?

Preguntas frecuentes sobre Pulsator 205™ & Pulsemax 360º

¿Por qué usar menos agua (1 mm/h) protege igual mi cultivo?

¿Se necesitan realmente 3 mm/h para controlar heladas?

¿Qué diferencia hay entre cobertura total y aspersión focalizada?

¿Funciona para todo tipo de heladas? ¿Radiativas y polares?

¿Hasta qué temperatura protege el sistema?

¿Se necesita más agua cuando hace más frío?

¿El sistema arranca solo o necesita activación manual?

¿Cuándo debo activar el sistema?

¿Cuándo debo apagar el sistema?

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¿Tienen equipo técnico propio?

Preguntas frecuentes sobre Pulsator 205™ & Pulsemax 360º

¿Por qué usar menos agua (1 mm/h) protege igual mi cultivo?

¿Se necesitan realmente 3 mm/h para controlar heladas?

¿Qué diferencia hay entre cobertura total y aspersión focalizada?

¿Funciona para todo tipo de heladas? ¿Radiativas y polares?

¿Hasta qué temperatura protege el sistema?

¿Se necesita más agua cuando hace más frío?

¿El sistema arranca solo o necesita activación manual?

¿Cuándo debo activar el sistema?

¿Cuándo debo apagar el sistema?

¿Cómo se instala el sistema?

¿Tienen equipo técnico propio?