El verano metereológico 2025 en Chile estará definido por condiciones climáticas extremas que afectarán a diversas regiones del país. Las temperaturas más altas de lo habitual, presentando nuevo retos para los períodos de cosecha y post cosecha en la agricultura, fundamentalmente en la gestión del riego y de eventos de olas de calor.
Regiones más golpeadas por el calor
Proyecciones del Centro Europeo de Pronóstico de Mediano Plazo (ECMWF) señalan que diciembre de 2024 será más cálido de lo normal en sectores cordilleranos del norte, centro, sur y la Patagonia. En la Región de Aysén, las temperaturas podrían superar el promedio en más de 1,5 °C, afectando principalmente localidades como Coyhaique (Meteored).
El calor continuará en enero y febrero 2025, especialmente en los interiores de las regiones del Biobío y La Araucanía, donde se esperan eventos extremos con temperaturas superiores a los 34 °C. En contraste, las costas de Atacama y Antofagasta podrían experimentar temperaturas promedio o incluso por debajo de la media para la época.
Déficit de lluvias en el sur
La escasez de lluvias será otra característica importante del verano 2025. Las proyecciones indican que el altiplano chileno podría recibir montos ligeramente superiores a lo habitual, mientras que regiones entre Biobío y Magallanes enfrentarán déficits significativos. Esta situación será más aguda en Los Lagos y Aysén, donde sistemas frontales serán bloqueados por la presencia de masas de aire cálido y estable.
Impacto de la niña en el verano metereológico 2025
El fenómeno de La Niña será un factor determinante, con una probabilidad superior al 60% de persistir durante el verano. Este evento, asociado al enfriamiento de las aguas del Pacífico, intensificará las condiciones secas y cálidas para la mayor parte del territorio chileno.
La combinación de calor extremo y escasez hídrica afectará directamente a los cultivos, incrementando la necesidad de contar con estrategias de riego altamente eficientes.
Estrategias
Para mitigar el impacto de estas condiciones climáticas, los agricultores pueden adoptar las siguientes medidas:
Optimización del riego: Implementar estrategias de sistemas de riego tecnificados que reduzcan el desperdicio de agua.
Monitoreo climático: Utilizar plataformas digitales para prever eventos extremos y ajustar las estrategias de cultivo.
Selección de variedades resistentes: Optar por cultivos adaptados a altas temperaturas y sequías prolongadas.
Protegerte de olas de calor con un sistema de enfriamiento con baja precipitación.
El verano 2025 nos plantea una nueva oportunidad para implementar soluciones innovadoras en la gestión de recursos, como las que plantea el ecosistema Agrotech de nuestro país.
“La capacidad de adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas dependerá de nuestra habilidad para integrar tecnología y conocimiento en la agricultura” (Via RedAgrícola).
Hacia un futuro más sostenible
Las condiciones proyectadas para el verano 2025 nos destacan la necesidad de un enfoque estratégico en la gestión agrícola. Integrar innovación tecnológica, planificación y asesoramiento técnico permitirá mitigar los efectos de esta temporada y avanzar hacia un modelo agrícola resiliente frente a los retos del cambio climático.
El sector agrícola chileno puede liderar este cambio con soluciones sostenibles que protejan el medio ambiente y refuercen la seguridad alimentaria para las próximas generaciones.
